Cañada Real Conquense: riqueza y ahorro energético

3 septiembre 2024Eficiencia energética

Nos preguntábamos hasta qué punto la conservación y promoción de las cañadas reales puede redundar en beneficio económico para la región. ¿Es rentable conservarlas? ¿Pueden repercutir en el aporte y ahorro energético? En el caso de Cuenca, una región atravesada de norte a sur por una de las principales vías de trashumancia de España, este es el resultado.

La Cañada Real Conquense es una importante vía pecuaria que forma parte del sistema de cañadas reales españolas. Estas rutas eran utilizadas tradicionalmente para la trashumancia, permitiendo el movimiento estacional del ganado entre los pastos de invierno en las zonas bajas y los pastos de verano en las zonas altas.

La Cañada Conquense se inicia en la provincia de Jaén. Desde aquí, los pastores comenzaban su ruta hacia el norte, atravesando las provincias de Ciudad Real y Albacete antes de llegar a la provincia de Cuenca. Una vez allí, la cañada se adentra en las zonas serranas, atravesando la Serranía de Cuenca, una región con importantes recursos naturales y biodiversidad. La trashumancia ha sido vital en esta región, una de las zonas más emblemáticas para la trashumancia, donde los rebaños aprovechan los pastos de alta montaña accediendo tras cruzar bosques, valles y dehesas.

En su camino hacia el norte, la cañada llega hasta la provincia de Teruel. Este es el destino final de la ruta y el lugar en el que los pastores y su ganado se establecen durante el verano, antes de regresar al sur para pasar el invierno. El recorrido de la Cañada Conquense no solo es fundamental para la trashumancia, sino que también tiene un valor cultural y ecológico significativo al actuar como corredor ecológico, ayudando a preservar la biodiversidad y el paisaje rural tradicional.

¿Cómo contribuye el mantenimiento de las cañadas reales al ahorro energético?

El mantenimiento de las cañadas, como la Cañada Conquense, contribuye al ahorro energético de varias maneras, especialmente a través de la sostenibilidad de prácticas ganaderas y la conservación del medio ambiente.

Reducción del consumo de energía en el transporte ganadero

– Movilidad natural del ganado: el uso de cañadas para la trashumancia reduce la dependencia de medios de transporte motorizados para trasladar el ganado de entre pastos. En lugar de utilizar camiones u otros vehículos para los animales se aprovechan las rutas naturales, lo que reduce el consumo de combustibles fósiles y, por ende, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

– Eficiencia energética en la producción ganadera: la trashumancia también permite un uso más eficiente de los recursos naturales, como los pastos, sin necesidad de recurrir a prácticas intensivas que requieran energía adicional, como la irrigación o la producción de piensos a gran escala. Esto disminuye la huella energética de la ganadería.

Mantenimiento de ecosistemas y captura de carbono

– Conservación de pastos y suelos: el tránsito de ganado por las cañadas ayuda a mantener los pastos en buen estado sin necesidad de maquinaria agrícola o procesos artificiales que consumen energía. Los pastos bien gestionados pueden capturar carbono atmosférico, lo que contribuye a mitigar el cambio climático y reduce la necesidad de intervenciones energéticamente costosas en la gestión de tierras.

– Preservación de bosques y vegetación: las cañadas también contribuyen a la preservación de áreas boscosas y vegetación autóctona, que actúan como sumideros de carbono. Mantener estos ecosistemas en buen estado implica que se requiere menos energía para restaurar o mantener otras áreas degradadas.

Fomento de la agricultura y ganadería sostenible

– Prácticas ganaderas de bajo impacto energético: la trashumancia y el pastoreo en las cañadas reducen la necesidad de sistemas de ganadería intensiva que suelen requerir altas cantidades de energía para la producción de alimentos para el ganado, el manejo de residuos y el mantenimiento de infraestructuras. Al permitir que los animales pastoreen de manera natural, se disminuye la dependencia de procesos energéticamente costosos.

–  Diversificación de la producción local:  el mantenimiento de cañadas puede fomentar una mayor autosuficiencia en las comunidades rurales al facilitar una ganadería y agricultura más localizadas. Esto reduce la necesidad de importar alimentos y otros insumos, lo que, a su vez, disminuye el consumo de energía asociado con el transporte y la distribución de bienes.

Promoción de formas de turismo sostenible

–  Turismo de bajo impacto energético:  al promover el turismo basado en el senderismo, el ciclismo y otras actividades al aire libre en las cañadas, se fomenta un turismo de bajo impacto energético en comparación con formas de turismo más intensivas en recursos. este tipo de turismo también puede sensibilizar a los visitantes sobre la importancia de la conservación ambiental y el ahorro energético.

Prevención de incendios forestales

–  Gestión preventiva del terreno:  el pastoreo en cañadas ayuda a controlar la vegetación y a reducir la acumulación de material combustible, lo que disminuye el riesgo de incendios forestales. los incendios forestales no solo destruyen ecosistemas, sino que también liberan grandes cantidades de carbono y requieren energía considerable para ser combatidos. al prevenir incendios, se ahorra energía y se protege el ambiente.

¿Crea riqueza en la región el mantenimiento de las cañadas reales?

Por supuesto, riqueza en el más mundano sentido del término, pero también en el aspecto ambiental y cultural:

Ganadería y economía rural

–  Trashumancia y ganadería:  la cañada conquense facilita la trashumancia, una práctica tradicional que permite a los pastores mover su ganado entre diferentes zonas según la estación del año. este sistema optimiza el uso de los recursos naturales y asegura que el ganado tenga acceso a pastos frescos, lo que mejora la calidad de la carne, leche y otros productos derivados. Esto, a su vez, genera ingresos para las comunidades rurales.

–  Economía local:  la presencia de esta ruta ayuda a mantener viva la economía rural, ya que muchas familias dependen de la ganadería como fuente de ingresos. además, las paradas que hacen los pastores en los pueblos a lo largo de la cañada pueden estimular el comercio local, ya que consumen productos y servicios de la zona.

Turismo

–  Ecoturismo y turismo cultural:  la Cañada Conquense es también un recurso turístico. a medida que aumenta el interés por el ecoturismo y las experiencias culturales, más visitantes recorren estas rutas para disfrutar del paisaje, la flora y la fauna. los turistas también buscan aprender sobre la historia de la trashumancia y la cultura rural, lo que beneficia a los negocios locales, como alojamientos rurales, restaurantes y guías turísticos.

–  Rutas de senderismo y ciclismo:  la ruta también es popular entre senderistas y ciclistas que desean explorar la naturaleza y la historia de la región, lo que amplía la oferta turística de cuenca.

Conservación del Medio Ambiente

–  Biodiversidad:  las cañadas, incluyendo la conquense, actúan como corredores ecológicos, permitiendo el movimiento de especies y ayudando a mantener la biodiversidad. Esto es crucial en un contexto de cambio climático, ya que facilita la adaptación de los ecosistemas.

– Gestión sostenible de recursos naturales:  la trashumancia también contribuye a la gestión sostenible del territorio, previniendo la sobreexplotación de pastos y reduciendo la necesidad de prácticas agrícolas intensivas que puedan degradar el suelo. esto ayuda a conservar los recursos naturales y mantener un equilibrio ecológico.

Preservación del patrimonio cultural

–  Tradiciones vivas:  mantener activa la cañada conquense es una forma de preservar las tradiciones y el conocimiento asociado a la trashumancia. estas prácticas culturales son parte del patrimonio inmaterial de la región y son reconocidas por su valor histórico y social.

–  Eventos y festividades:  las festividades y eventos relacionados con la trashumancia, como ferias y mercados, atraen a visitantes y generan una dinámica cultural y económica en la región.

Podemos concluir que el mantenimiento de las vías pecuarias, y en concreto de las cañadas reales españolas, es una vía de incentivar la economía de la región y el ahorro energético, un modo sostenible de favorecer el turismo y un poderoso vehículo para retomar la cultura tradicional.

Apoyamos desde la innovación cualquier modo de conservar nuestro patrimonio.

Laura Alonso

Laura Alonso

Responsable de contenidos en Gboo

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